La tortuga verde era hace décadas muy abundante, siendo normal entre los marineros encontrar bancos de tortugas nadando en la superficie del Atlántico. Tan abundantes eran que se las consideraba una fuente de alimento estable para las travesías. Sin embargo, tanta explotación, especialmente por culpa de su consumo para los platos de sopa de tortuga, la ha llevado a su situación actual, al borde la extinción. Después de 30 años de esfuerzos conservacionistas se ha recuperado algo, aunque sigue manteniendo sus poblaciones en un estado crítico. En esta monografía la autora expone cómo la conservación y la ciencia han convergido para diseñar un plan que sirva para la conservación de la especie a través de su cría en cautividad, con la intención de proporcionar a partir de una producción artificial la demanda de tortugas para sopa. Esta iniciativa tiene defensores y oponentes. La autora expone lo que se conoce sobre el tema, así como sobre la conservación de la tortuga verde, a lo largo de un fascinante relato.