Disaster by Choice explora historias de algunos de nuestros peores desastres para mostrar cómo podemos y debemos actuar para evitar que las personas mueran cuando la naturaleza desata sus energías. El desastre no es el tornado, la erupción volcánica o el cambio climático, sino las muertes y lesiones, la pérdida de bienes irremplazables y la falta e incluso la negación de apoyo a las personas afectadas, cuando una interrupción a corto plazo se convierte en una situación prolongada. Pero podemos combatir esto, como muestra Kelman, describiendo ejemplos inspiradores de acciones humanas efectivas que limitan los daños, como la gestión de inundaciones en Toronto y pueblos en Bangladesh, o incendios forestales en Colorado.
En todo momento, su mensaje es claro: no existe un desastre natural. El desastre radica en nuestra incapacidad para tratar con el medio ambiente y con nosotros mismos.