Los sistemas agrícolas ya no se evalúan únicamente en función de los alimentos que proporcionan, sino también de su capacidad para limitar los impactos sobre el medio ambiente, como la conservación del suelo, la calidad del agua y la conservación de la biodiversidad, así como su contribución a la mitigación y la adaptación al clima. Para hacer frente a estas múltiples funciones de servicio, deben internalizar los costos y beneficios de su impacto ambiental.
Las primeras dos secciones del libro presentan problemas metodológicos relacionados con la cuantificación y comercialización de servicios de la agricultura, incluida la agrosilvicultura. La tercera y última sección presenta estudios de casos prácticos por servicios y experiencias de ecosistemas en América Central y del Sur, y extrae algunas lecciones aprendidas para el desarrollo efectivo y sostenible de los mecanismos de compensación de servicios de ecosistemas.