Este libro ofrece un aliento pedagógico bien necesario para resignificar la educación. Contribuye a nutrir el proyecto de una escuela preocupada por participar en el vasto proyecto antropológico de la reinserción de la humanidad en la trama de la vida compartida, al mismo tiempo que participa del proyecto político-pedagógico de la pedagogía crítica que denuncia las alienaciones (incluyendo la alienación alimentaria) y busca el desarrollo de competencias de acción, de un poder hacer individual y colectivo.