Torres mudéjares, peirones, bandos de grullas, ternasco, albadas, frío acerado, secanos luminosos, cerradas de piedra seca, dances centenarios, chopos cabeceros, pan de pintera, yacimientos celtíberos, plantas endémicas, cielos estrellados, romerías populares, castillos sobre el abismo, ríos vivos, trilobites, fuentes renacentistas, jamón, ciudades romanas, ermitas, rebollones, hogueras, otoños dulces, museo geológico al aire libre, vino ecológico, leña de carrasca, casas solariegas, páramos solitarios, laguna endorreica, azafrán, sabinares y lo que el viajero sensible sepa descubrir es el Jiloca.