Desde su nacimiento , la Astronomía X ha llegado a ser una de las herramientas indispensables para el astrónomo actual. La razón de este éxito resulta del hecho de que los fotones X nos revelan la existencia de procesos altamente enérgeticos en el Universo, y de que esos procesos desempeñan un papel fundamental en la formación, dinámica y evolución de los objetos celestes en todas las escalas. Un importante factor adicional en el rápido progreso de la Astronomía X ha sido la circunstancia de que el espacio interestelar y el espacio intergaláctico son razonablemente transparentes a la radiación X y, por ello, mediante los rayos X, podemos observar objetos a distancias cosmológicas. Aún más, los rayos X se pueden focalizar mediante un diseño adecuado de la óptica y por ello comparten con la Astronomía óptica la enorme ventaja de poder usar telescopios.