Gracias al descubrimiento de depósitos del Cretáceo-medio en el desierto de Negev, en Israel, se ha podido escribir la historia de las evoluciones y co-evoluciones entre artrópodos y plantas de ese período. Los fóssiles y restos parasíticos presentan morfologías y rasgos comportamentales bastante avanzados por su edad geológica. La expressión, abundancia, co-ocurrencia y epsecialización de las estructuras parasíticas con respecto al huésped, así como las marcas de depredación indican mecanismos de regulación de las interacciones entre las plantas y los artrópodos, analizados en el contexto de la evolución de ecosistemas, paleografía y cambio climático.