Uno de los efectos menos evidentes del crecimiento de la población es que una proporción mucho mayor de la Tierra está iluminada por la noche, con luces cada vez más potentes. Este libro proporciona la primera referencia sobre los profundos efectos que estas luces ejercen en las plantas, animales y ecosistemas enteros. Las investigaciones más conocidas sobre este tema se ha centrado en las aves y las tortugas marinas.
Pero la iluminación artificial también afecta a otras especies en formas que son menos conocidos: el comportamiento de forrajeo de los anfibios se altera, las luces afectan a los patrones de dispersión en los pumas jóvenes, y las luciérnagas pueden inhibirse sexualmente. Debido a la gran prevalencia de las luces nocturnas y sus complejas interacciones en las diferentes formas de vida, estos efectos son de largo alcance, no sólo afectan a la supervivencia de algunas especies, sino que también influyen en las adaptaciones y su evolución. Esto es muy importante tenerlo en cuenta en los estudios de biodiversidad.