DICTIONNAIRE AMOUREUX DES OISEAUX

Desafiar las distancias, cantar a pleno pulmón, encarnar la gracia. Inspirar al poeta y cuestionar al científico. Coquetear con el Himalaya y acariciar el océano. Ser frágil como un soplo y resistir como el fénix. ¿Quién puede permanecer indiferente ante el pájaro? Durante unas cuantas décadas maravillosas, tuve el privilegio de que me invitara a su intimidad. A su lado, compartí sus penas y sus alegrías. Me enriqueció con sus experiencias y también con sus valores. Con un simple aleteo, me invitó a formar parte de la comunidad de ornitólogos y amantes de la naturaleza. Este «Diccionario amoroso de las aves» narra una complicidad excepcional con el pueblo de los aires. También repasa tantas luchas y esperanzas. Valora a las aves más admirables, así como a aquellas que prosperan conviviendo a nuestro lado.
Nunca antes como hoy la sociedad se ha volcado con tanto entusiasmo hacia las aves. En pocas décadas, la Liga para la Protección de las Aves ha pasado de tener 3 empleados y 3000 miembros a 550 empleados y 65 000 miembros. La observación de aves se ha convertido en un «deporte nacional» que se practica en familia. Los jardines se enriquecen con cajas nido y comederos. Las aves se han invitado a sí mismas a formar parte de nuestra vida cotidiana. Al descubrir las aves, la sociedad sigue los pasos de Leonardo da Vinci, Maurice Genevoix, George Sand, Jacques Prévert y tantos otros apasionados del pueblo del aire que encuentran legítimamente su lugar en este diccionario con cerca de 150 entradas.
Ahora es su turno de picotear la anécdota, sobrevolar la historia o posarse junto a las maravillosas aves que nos ofrecen su espectáculo.