En estos últimos años un grupo de etólogos se sintieron especialmente preocupados por el creciente número de especies en peligro de extinción y empezaron a buscar relación entre su especialidad y la biología de la conservación. Utilizando datos procedentes de sus investigaciones sobre comportamiento reproductivo, comportamiento de alimentación, preferencias de hábitats empezaron a aplicar sus conocimientos para desarrollar estrategias de conservación, haciendo modelos de crecimiento poblacional y definiendo los tamaños de población efectivos y da consejos prácticos en la gestión de especies amenazadas