En la década pasada se ha producido un profundo cambio en la compresión científica de la reproducción. La visión tradicional de la reproducción como empresa emprendida por dos individuos, teniendo como objetivo replegar el genoma común, esta siendo debatida por evidencias que muestran que el interés evolutivo diverge entre machos y hembras. Los autores nos muestran estas evidencias de este conflicto sexual a través de la naturaleza.