Hace 3,5 millones de años atrás, en África del Este, una extraordinaria especie de simios erraba por la tierra. El Australopithecus afarensis había dado sus primeros y tímidos pasos hacia la humanidad- y podía mantenerse en pie y caminar sobre sus dos piernas. Sólo unos cuantos millones de años atrás, África estaba cubierta, prácticamente de punta a punta, con una densa selva tropical. Casi con plena certeza, nuestros ancestros se valían de sus cuatro miembros para moverse, vivir y cazar en su hogar, situado en la copa del árbol. Sin embargo, un trastorno geológico masivo cambiaría su destino. La hendedura del valle (rift valley) se estaba formando y la selva se secaba a medida que África también lo hacía -convirtiendo el paisaje en un mosaico de árboles dispersos y hierba verde. En este nuevo medio ambiente, el afarensis cae en la cuenta de que caminar sobre dos piernas es más eficiente que hacerlo sobre cuatro.