El año 1999 se inició un proyecto de conservación, pionero en el país, para la reintroducción de estas aves rapaces en diversas edificaciones de la ciudad (incluida la famosa basílica de la Sagrada Familia), de donde habían sido exterminadas en los años 70.
Desde aquel momento, el fotógrafo y conservacionista Oriol Alamany, ha acompañado al equipo de naturalistas con el fin de documentar la iniciativa.
Para dar a conocer con más detalle esta nueva publicación, Francesc Kirchner de ORYX, ha preparado una pequeña entrevista a Oriol que muy amablemente se ha prestado a contestar. ¡Esperamos que sea de vuestro interés!
En un mundo cada vez más poblado y con una gran proporción de la humanidad habitando ciudades, la fauna salvaje que se ha adaptado a vivir en este entorno está cobrando más protagonismo que nunca. ¿Cómo esperas que tu libro contribuya, por lo menos en el caso de Barcelona, en que tanto los ciudadanos como las autoridades y gestores quieran y actúen para que este medio pueda ser compartido en harmonía con la fauna salvaje que pueda habitarlo?
El crecimiento y el impacto de la población humana en el planeta Tierra es arrollador y son innumerables los ejemplos de cómo por nuestra causa están desapareciendo especies animales y vegetales, o devastando parajes de gran valor. Pero, por otra parte, si comparo la situación con mis inicios en el mundo naturalista y de la fotografía, a finales de los años 70, me sorprende constatar cómo hoy en día algunas especies animales se están adaptando a convivir con el ser humano, incluso en el corazón de sus mismas ciudades. No hablo de gorriones, vencejos, palomas, cigüeñas o ratas, habitantes ya tradicionales de las grandes metrópolis. Si no de especies que hace cuarenta años eran raras de avistar en los grandes núcleos urbanos: zorros, erizos, jabalíes, garzas reales, gaviotas, cárabos, búhos reales, cernícalos o los halcones peregrinos.
Me gustaría que mi libro descubriera a los ciudadanos cómo estas magníficas rapaces comparten ahora nuestros edificios y mostrarles su vida íntima. Y espero que, tras ver este libro, de vez en cuando levanten la vista del asfalto para mirar el cielo en busca del portentoso vuelo de un halcón.
Y en lo concerniente a las administraciones, anhelaría mostrarles que vale la pena invertir en un proyecto de conservación bien realizado, como es el caso de este, ya que los resultados pueden ser atractivos y espectaculares.
De todos los libros que has publicado, este es el que probablemente es fruto de más años de dedicación a un tema en concreto. La técnica fotográfica ha cambiado mucho desde que en 1999 se inició la reintroducción de los halcones y en 2003 se asentó la primera pareja, hasta hoy en día en que ya son más de una decena las parejas que habitan la ciudad. ¿Qué retos ha supuesto seleccionar las imágenes del libro fruto del trabajo de más de 20 años y de cambios tan profundos en los equipos y las técnicas fotográficas?
Aunque fotografío el proyecto de reintroducción de los halcones desde sus mismos inicios, en 1999, no empecé a trabajar el tema de manera más sistemática hasta 2004, cuando aparecieron las cámaras digitales. Son más de veinte años de fotografías, pero a la hora de seleccionar las imágenes publicadas en el libro, tan sólo quedaron cinco obtenidas con película fotográfica. La mejora en los equipos fotográficos y la calidad obtenida con la tecnología digital, han hecho que aquellas primeras imágenes hayan quedado un tanto relegadas.
Lo más difícil ha sido reducir las miles de fotografías que he acumulado a lo largo de los años, a tan sólo algo más de un centenar que aparecen publicadas en el libro. Ha habido que descartar algunas imágenes que realmente me gustaban pero que, a la hora de la verdad, no encajaban en el discurso del libro, en su línea gráfica, o porque eran relativamente similares a otras ya seleccionadas.
«Halcones de Barcelona» es mucho más que un libro con una extraordinaria colección de fotografías, explícanos qué más va a encontrar el lector en esta obra.
Últimamente, son numerosos los fotógrafos que se han lanzado a autoeditar libros de algunos de sus trabajos. Algunos de ellos son álbumes fotográficos casi desde la página uno, sin más contenidos adicionales.
Quizás debido a mi experiencia por haber trabajado en una docena de libros para diversas editoriales, la idea en este, mi primer proyecto autoeditado, era ofrecer al lector una obra que le aportara algo más, más variada. Aunque es un libro de fotógrafo y el motivo de editarlo era exponer mis imágenes en una obra gráfica de la mayor calidad, he requerido la participación de varios especialistas. Josep del Hoyo, editor bien conocido por su Handbook of the Birds of the World, ha tenido la gentileza de escribir un extenso prólogo, hablando de las peculiaridades del halcón peregrino y de su presencia en la cultura humana. Y, a lo largo de las dieciocho páginas siguientes, Eduard Durany y Sergi García, los autores del proyecto de reintroducción, nos relatan de manera pormenorizada la adaptación de los halcones peregrinos a la vida urbana, así como los detalles del proceso de su regreso a la cosmopolita Barcelona. Y, al final, dedico algunas páginas a comentar desde un punto de vista fotográfico cómo obtuve algunas de las imágenes del libro.
Como fotógrafo de naturaleza siempre has tenido un especial interés en participar con tu trabajo en proyectos de conservación o de denuncia de las amenazas y peligros que sufre la naturaleza. ¿Qué relevancia crees que ha tenido la fotografía para la conservación de la biodiversidad y de los espacios naturales?
A lo largo de mi vida, siempre he estado implicado en el estudio y la conservación de la naturaleza, ya fuera como miembro del Centre de Recerca i Protecció de Rapinyaires, del Groupe Grande Faune Pyrénéenne, de la International Environment Photographers Association, vice-presidente de la ONG DEPANA, en el Patronato gestor del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, colaborando con entidades como Snow Leopard Conservancy, IRBI, SEO-Birdlife o, ahora, creando el nuevo colectivo Eyes on Nature. Y diversos de mis trabajos como fotógrafo —como este sobre los halcones urbanos—, los he realizado en colaboración con biólogos, ornitólogos o conservacionistas.
Como fotógrafo apasionado por la naturaleza y la vida salvaje, no me imagino el no estar implicado en su defensa y conservación. Y la historia nos demuestra que la divulgación mediante la fotografía ha sido importante —cuando no decisiva—, en la protección de muchas especies o espacios naturales. Nuestra sociedad actual es eminentemente visual, y los fotógrafos conservacionistas podemos jugar un papel importante, dando a conocer al público y a las administraciones los valores de nuestro patrimonio natural.
Espero que Halcones de Barcelona descubra al gran público esa joya de rapaces que conviven con nosotros en las grandes ciudades y, a las autoridades, el valor y potencial de la biodiversidad de en las ciudades, así como el interés de su estudio y conservación.