La radiación cósmica está codificada y constituye una "música" del Big Bang que los cosmólogos han sido durante mucho tiempo tratando de reconstruir y analizar. Con ello pretenden distinguir los diferentes modelos cosmológicos de la misma manera que se pueden distinguir los diferentes instrumentos musicales por su timbre y matices. Sólo últimamente, este increíble sonido cósmico ha sido revelado por los experimento BOOMERANG y MAXIMA y, más recientemente, por el satélite WMAP. Esto ha hecho posible un salto gigantesco en nuestra comprensión del Universo, y la creación grandes expectativas en futuras investigaciones. El libro utiliza un lenguaje sencillo fácilmente comprensible y ameno incluso para el lector no especializado en esta temática.