Nuestra Tierra está considerada como un sistema natural que se organiza y controla a sí mismo. Sin embargo, la escala actual de la actividad antropogénica no tiene precedentes en la historia de la humanidad y obliga a la inteligencia a reflexionar sobre las causas científicas de los problemas, procesos y soluciones sostenibles y pragmáticas. La tasa actual de uso de recursos y el patrón de consumo están agotando los recursos finitos del planeta y dañando los ecosistemas que sustentan la vida. Una gran cantidad de sustancias tóxicas se encuentran cada vez más en el aire, el agua, el suelo, la flora y la fauna. Estamos en medio de un período de crecientes desafíos globales interconectados y complejos que buscan acción en escalas temporales y espaciales, diversos sectores y esfuerzos concertados de ciudadanos globales. El medio ambiente debido a la acción humana ha estado experimentando desequilibrios y catástrofes ecológicas. Los problemas ambientales como el cambio climático global, la pérdida de biodiversidad, el rápido agotamiento de los recursos naturales, la degradación de los bienes globales, o el agotamiento del ozono estratosférico han restringido el espacio operativo seguro y han transgredido los límites planetarios que ponen en peligro la existencia de las sociedades humanas. Los problemas ambientales globales, si no se gestionan científicamente, pueden terminar en el colapso de la civilización. Sin embargo, los elementos comunes subyacentes entre estos problemas ambientales son la interrelación, la complejidad y la dificultad para identificar e implementar soluciones. Los desafíos ambientales globales se pueden gestionar mediante la adopción de tecnologías verdes sostenibles que se ajusten a los principios de sostenibilidad ambiental con sostenibilidad social y ecológica. El crecimiento verde se interpreta como un nuevo paradigma de desarrollo que sostiene el crecimiento económico y al mismo tiempo garantiza la sostenibilidad ambiental.