El autor de esta obra, Alan Longhurst, examina hasta qué punto es correcta una de las asunciones centrales de la industria pesquera, que dice que la pesca crea sus propios recursos naturales mediante la compensación que se producen naturalmente en las poblaciones por el crecimiento al que se ven inducidas, y que por lo tanto es sostenible. Su análisis de la ecología reproductiva de alguna especie de aguas frías parece apoyar lo previo, pero un análisis riguroso de la pesca en el pasado y el presente confirma que la sostenibilidad pocas veces se consigue. La estructura relativamente abierta y la fuerte variabilidad de los ecosistemas marinos se discute en relación con la fiabilidad de los recursos explotados por la industria pesquera, que se ha globalizado en el siglo XX. Esto se halla relacionado con una extraordinaria ausencia de regulación en la mayoría de mares. La pesca sostenible solo puede esperarse donde las condiciones sociales permiten regulaciones estrictas y en donde los políticos no tienen intereses personales. Un volumen de lectura muy amena con análisis agudos de los fallos más evidentes en la gestión de la pesca en el mundo.