Desde hace milenios, los ganaderos franceses han empleado caminos tradicionales para llevar los rebaños desde las llanuras hasta los pastos de montaña, llevando hasta ellos las vacas, ovejas o caballos. Debían sortear el frío, el calor, las tormentas, y los problemas en los caminos. Esta obra acerca al lector a este mundo, que trata de ser recuperado por pastores jóvenes que tienen una nueva formación.