El erizo común suele ser una víctima más de los atropellos por vehículos (sapos, culebras, zorros … también lo son). En su caso, el número es alarmante debido a que no intenta escapar, al sentir peligro se hace una bola y permanece inmóvil, siendo el motivo de muchas de sus muertes. Otro motivo de muerte no natural es la destrucción de sus hábitats y la lucha contra plagas forestales y agrícolas fumigando con insecticidas no selectivos, bien por contacto directo con el producto o el consumo de insectos que han muerto envenenados o disminución de la capacidad de fecundación y/o esterilización.
En otoño buscan un lugar seguro para hibernar, y podemos poner nuestro granito de arena facilitándoles un refugio seguro. Este refugio debe colocarse en lugares secos y umbríos, sin que reciba la luz directa del sol.
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