La elegancia de este animal es difícilmente igualable por cualquier otro antílope. El diseño de su cabeza es espectacular, pero no mucho más que el de su cuerpo gracias al contraste entre el pelaje profundamente negro con áreas de pelaje blanco y la amplitud de tonos casi violáceos. El autor trató de atrapar ese contraste, al mismo tiempo que la luz rasante que ilumina los rasgos sobresalientes de sus rostros, las sombras azules y violetas sobre su pelaje y los reflejos de sus cuerpos sobre el agua, que al ocultar la luz cegadora del sol, revelan los tonos verdes de líquido que les vuelve un poco más a la vida.
Oryx. Acuarela, grafito y gouache sobre papel de tono crema oscuro.
18 x 30 cm. Offset digital sobre papel de 240 gr. De Francisco J. Hernandez, ilustrador y pintor naturalista.