La obra captura el creciente movimiento global entre los arquitectos contemporáneos para biodiseñar edificios que tengan menos estructura y fachada, más entidades vivas, capaces de ser ecológicamente autónomos, hortícolamente productivos y agradables a la vista y relevantes para nuestro estilo de vida cotidiano. Un recurso visual que traza esta frontera de la nueva arquitectura urbana.