Este libro examina el desarrollo y potencial de una serie de agentes no químicos en el control de las enfermedades de las plantas. Pone especial énfasis en la necesidad de un mayor conocimiento de la ecología de los cultivos como base para el control eficaz de las enfermedades en el campo. Incluye varios capítulos sobre las prácticas culturales, métodos de control biológico, resistencia inducida a las enfermedades, la importancia del uso del compost, la resistencia de la planta, la tolerancia de las especies, el uso de mezclas de variedades, la biofumigación, la solarización como medida de desinfección del suelo, la resistencia inducida al azufre, el uso de aceites esenciales, el protección de la superficie de las hojas, y finalmente el uso de bacteriófagos.