El astrofísico Stuart Jordan evalúa el progreso que ha experimentado la sociedad desde los tiempos de la Ilustración, el punto de inflexión cultural surgido en Europa occidental surgido en los siglos XVII y XVIII, cuando los pensadores del momento hicieron un especial hincapié de la importancia de considerar el conocimiento empírico y el razonamiento, para tratar de mejorar la vida de las personas de aquel momento. Jordan rastrea características de nuestra sociedad que se puede comprobar que han surgido gracias a ese movimiento del pensamiento, tales como la ciencia basada en modernas tecnologías, los avances médicos, las instituciones democráticas políticas, o el movimiento universal de defensa de los derechos humanos, que han significado en conjunto un avance en el punto de vista secular del hombre. Jordan defiende ardientemente en este ensayo la herencia de la visión de la Ilustración, con un optimismo que permite pensar que a pesar de los momentos más oscuros de las últimas décadas, cabe esperar un progreso permanente en muchos aspectos del funcionamiento de la sociedad actual.