Publicación que relata las peripecias de Casimiro Martinferre, explorador dominguero, impulsado por un afán investigador hacia la más antigua manifestación cultural del Bierzo: las pinturas rupestres que yacen en sus remotos valles. Todo ello desde el punto de vista de un aficionado apasionado de la montaña que presenta en esta publicación a modo de primera parte de un todo que completará en un futuro, en fecha aún por determinar, pero con el objetivo de descubrir al lector algunos de los tesoros históricos de la comarca del Bierzo.
La obra es una alegoría al conjunto de pinturas rupestres, ese enorme manuscrito plasmado en roca por personajes destacados de aquellas tribus neolíticas, seguramente brujos o chamanes. El título llevará al lector a los enclaves prehistóricos de la provincia con arte esquemático, ubicados en los rincones silvestres más recónditos, escogidos a propósito para erigir lugares de culto, de ofrendas, o de ritos.