Simon Barnes, un ornitólogo confeso, creía no saber nada de plantas. No tenía nada en contra de ellas: los árboles eran interesantes porque las aves se posan en ellos; las plantas eran útiles porque creaban hábitats, y todas las aves vivian en hábitats. Pero mientras admiraba la tenacidad de unas amapolas amarillas que prosperaban en una playa de guijarros, un lugar donde parecía que ninguna planta tenía esperanza de sobrevivir, se sintió impresionado por una verdad simple pero profunda.
Todo comienza con las plantas. En este inspirador libro, Barnes lleva en un viaje fascinante, desde la simple genialidad de la fotosíntesis hasta las complejas y extrañas formas en que se reproducen las plantas. Considera plantas tan variadas como las coles y las coníferas, flores silvestres familiares y enigmáticas orquídeas, parásitos nefastos y plantas portadoras de venenos mortales, lo que ayuda a apreciar mejor la belleza y la diversidad del mundo natural.