Durante más de cinco siglos, incontables barcos y marinos adentraron en las gélidas aguas del Ártico en busca de tierras desconocidas o rutas más rápidas para el comercio. Pocas de aquellas expediciones consiguieron sus objetivos; los más afortunados regresaron a casa con las manos vacías, otros se quedaron allí para siempre.
La historia del Ártico es una historia de aventuras. Durante estos 500 años de frío, los exploradores han afrontado con valentía el mayor desafío que ofrece nuestro planeta: aislados durante meses en completa oscuridad, haciendo frente a las condiciones climáticas más extremas y sintiendo una soledad difícilmente imaginable en nuestros días de redes sociales y telecomunicaciones.