Por su perseverancia y su intuición como etóloga, Jane Goodall hizo que los cimientos de la ciencia se tambalearan. Pionera en el estudio de los chimpancés salvajes, sus investigaciones han sido clave para difundir el conocimiento sobre esta especie y otras, además de para generar empatía por los animales y proteger sus ecosistemas. Gracias a esta ciencia británica, el ser humano se encontró delante de un espejo nuevo y tuvo que aprender a mirarse otra vez. Hoy en tiempos de cambio climático y de los gobiernos sin consciencia ecológica, su mensaje continúa estando más vigente que nunca.