El primer libro sobre Albert Einstein que fusiona al científico con el hombre. Una magnífica introducción a la vida y a las ideas de un genio.
Cuando a finales de 1999 la revista Time eligió al "personaje del siglo" para la última portada del siglo XX, el nombre de Einstein se impuso al de gigantes como Roosevelt, Churchill o Gandhi. Puede parecer extraño que se diese este reconocimiento a un "constructor de universos, no de imperios", como lo definió George Bernard Shaw, pero la elección fue sumamente apropiada. Nadie ha encarnado como Einstein los dos rasgos distintivos del siglo pasado: el extraordinario progreso de la ciencia y la lucha contra los totalitarismos y a favor de los derechos civiles. La literatura sobre Einstein es inmensa, pero está formada sobre todo por testimonios clásicos, voluminosas biografías y sesudos estudios de su obra científica.
A cien años de la formulación de la teoría general de la relatividad, este libro lleva a cabo una operación cultural muy necesaria: fusionar al científico con el hombre, sus teorías geniales con sus flaquezas privadas, su imagen de mito absoluto de la creatividad científica con su imagen popular, y todo ello de forma amena, con fidelidad histórica y rigor científico. En resumen, una magnífica introducción a la vida y a las ideas de un genio, un retrato de la compleja figura del científicohumanista, cuya mirada se extendió desde los más profundos recovecos de la materia a los más remotos horizontes del universo infinito. Difícilmente un libro de divulgación científica será más oportuno: su publicación se produce poco después del descubrimiento de las ondas gravitacionales previstas por la teoría de la relatividad general de Einstein. También el subtítulo es apropiado: "constructor de universos", porque las ondas gravitacionales apuntan al corazón de la fuerza de la gravedad, la más débil y a la vez la más poderosa de las fuerzas que actúan en la naturaleza, la fuerza que comprimiendo las nebulosas enciende las estrellas, y diseñando la geometría del universo decide su destino.
En Constructor de universos Vincenzo Barone traza el perfil cognitivo de Einstein (sensibilidad estética, pensamiento divergente o lateral, irreverencia -pero no desprecio- respecto a la autoridad, fe en el pensamiento racional y en la representación matemática de la naturaleza) y lo enhebra con las vicisitudes humanas relacionadas con la carrera y con la vida sentimental de Einstein.