Las especies evolucionan, cambian con el paso del tiempo. Así lo constató y argumentó Charles Darwin en El origen de las especies. Es posible que al lector le parezca gratuito un libro más sobre la evolución. Pero este libro no es uno cualquiera. Se trata de una obra que intenta integrar dos grandes visiones de la evolución que a menudo se presentan enfrentadas. Por una parte la visión que enfatiza la contingencia, los accidentes congelados y la irreversibilidad, y determina una ciencia eminentemente histórica. Por otro, la visión más racional, basada en la comprensión de los procesos de autoorganización semejantes a los otros sistemas físicos alejados del equilibrio termodinámico, y que determina una ciencia estructuralista.
El resultado es una visión más rica y plural del fenómeno evolutivo, en la que se ponen en evidencia los paradigmas clásicos, como la generalidad del proceso competitivo, la extinción de las especies menos aptas, el concepto de progreso y el papel dominante del gen en el proceso evolutivo. Esta visión se fundamenta en explicaciones teóricas que van más allá de los límites de la biología.