Las construcciones animales se ajustan a unos presupuestos estrictos y satisfacen unos rigurosos criterios de efectividad en relación a los costes. Los costes de la arquitectura animal no se miden en términos monetarios, sinó en términos de la energía y el tiempo empleados en el proceso de construcción. Cuando se examinan los hábitos constructores de ciertos animales se encuentran unas estructuras asombrosamente refinadas y unos principios arquitectónicos muy complejos.