Este libro nos propone un debate urgente y descarnado, envuelto en un amable formato de novela de intriga científica, en la que la biotecnología y la genética son herramientas que se escurren, real y metafóricamente, de las manos de los protagonistas para convertir flores en pesadillas. El gen escarlata, una historia verídica que no ha ocurrido, pretende ser una parábola amena pero sin concesiones sobre las incertidumbres y los enormes beneficios que la ciencia nos depara y sobre los límites éticos de las biociencias. Es, en definitiva, una crónica de la actualidad y, como tal, no concluye sobre el papel. El lector deberá rastrear, tal vez indefinidamente, sus secuelas en Internet.