Asilvestrarse no consiste en dejar de lavarse ni en unirse a una manada de elefantes. Los seres humanos no cazan como los dingos, ni despuntan las plantas como los ciervos, ni descomponen la materia orgánica como los buitres. Tampoco son capaces de fertilizar la Tierra en la forma en que lo hacen los escarabajos o las lombrices.
Asilvestrarse implica cambiar los hábitos para permitir que la naturaleza salvaje florezca y realice estas funciones que garantizan la vida. Este libro reflexiona sobre la necesidad de volver a lo salvaje como nuevo modelo.
A partir de 9 años