Este libro de Francis Hallé, ofrece a todos el descubrimiento de la diversidad de su aproximación al dibujo. En este libro nos encontramos con toda la sensibilidad de Hallé: los árboles se convierten en objetos animados que nos gustaría proteger o en el que un mono salte de rama en rama. De repente, se convierte en árbol de verdad al dibujar un árbol vivo, con todos sus accidentes, sus ramas rotas, su cara oportunista a las reacciones de luz. En sus dibujos, Hallé se libera de una rigidez dogmática pero manteniendo su rigor científico, mientras al mismo tiempo nos sumerge en la poesía. Nos encontramos haciendo un recorrido por los principales jardines botánicos del mundo.