Algunos frutos son auténticas delicias para el paladar más exigente; otros insípidos o carentes de valor culinario; y bastantes, muy tóxicos y venenosos para el hombre. Esta última característica hace que en este libro aparezcan ordenados según el grado de comestibilidad, comenzando por los venenosos para que se tenga siempre presente que se debe ser muy prudente a la hora de consumir productos silvestres, por lo que se recomienda leer con detenimiento los distintos elementos de la planta que aparecen en la ficha para identificar.