La identificación de los árboles mediante el análisis de su corteza es mucho más delicada que mediante el examen de las flores, hojas o agujas. La dificultad es doble cuando se trata de distinguir dos especies de un mismo género: por ejemplo, para decir si estamos en presencia de un roble o un roble albar, el pino piñonero o un pino laricio, entramos en un terreno peliagudo. El punto fuerte de esta guía es que proporciona un gran número de fotografías que muestran cada especie en diferentes estaciones y en diferentes edades (jóvenes, adultos y viejos). Sobre la base de estas imágenes, el observador que tenga experiencia suficiente puede identificar con certeza el árbol de su interés.