Todo el mundo conoce de manera más o menos vaga el origen americano de la patata o el tomate. Pero se desconoce que los ibéricos trataron de introducir durantes los siglos XV y XVI las plantas europeas en tierras americanas. Este intercambio de especies originó un cambio mundial en los hábitos alimenticios de la sociedad. Cobró así importancia la mandioca en Africa y la patata dulce en Oriente Medio, sin olvidar las introducciones del anacardo, el cacao y otras en Africa Occidental. Se introdujeron asimismo las bananas y las naranjas en América, y el mango, la nuez de coco y las especies orientales en lugares alejados de sus áreas de origen.
Esta obra evoca aquellos viajes de hace siglos en los que se trasladaban plantas para su posterior plantación en continentes en los que no eran originales.