La explicación más tradicional en ciencia sobre el posible origen de la vida en nuestro planeta ha sido la de la reacción química de algunos componentes, desde moléculas simples como el metano y el amoníaco, dentro de un caldo de cultivo primitivo. Sin embargo, las observaciones astronómicas más recientes han revelado que las estrellas más viejas son capaces de fabricar componentes orgánicos complejos. En algún punto durante su evolución, las estrellas eyectan estos componentes orgánicos, dispersándolos por toda la Vía Láctea. Existen evidencias que estas partículas llegaron al Sistema Solar. A través del bombardeo por cometas y asteroides, la Tierra más joven heredó proporciones significativas de polvo solar. En esta obra el autor resume lo que se ha averiguado en los últimos 10 años acerca de esta nueva perspectiva, que considera el origen de la vida producto de la llegada de materiales extraterrestres.