Max Terman se encontró una cría de búho de Virginia perdida, que decidió rescatar para que no muriera de hambre. Durante semanas fue alimentándola y ayudándola a que aprendiera a volar en su granja. Finalmente lo dejó libre pero lo pudo seguir por telemetría. Terman nos explica no solo sus experiencias mientras lo estuvo cuidando, cómo poco a poco aprendió a volar, cómo hizo que aprendiera a cazar, y otros comportamientos, sino que además luego lo siguió durante años en su vida ya adulta en condiciones salvajes en las praderas de Kansas.
A pesar de algunas ideas preconcebidas sobre las posibilidades de supervivencia de una rapaz nocturna criada por un humano, este búho, de nombre Stripey, ha demostrado que puede pasar todo lo contrario.