La mayoría de relaciones con vínculos emocionales que se dan entre el hombre y animales suelen girar en torno a especies domesticadas: perros, gatos, caballos... Sin embargo, los loros son unos de los animales más inteligentes pero permanecen a lo largo de su vida, aunque se hallen en cautividad, en estado 'salvaje'. Sus vocalizaciones expresan multitud de estados de ánimo y les sirven para una variedad enorme de tipos de información en distintos contextos. Basando el libro en la psicología y ecología de los psitácidos en libertad, Alan B.Bond y Judy Diamond documentan sus distintivos comportamientos sociales, sofisticada cognición, y sus extraordinarias habilidades vocales. Nos dejan claro que los comportamientos que podemos contemplar en cautividad se hallan anclados en lo que hacen de manera natural en su medio, de manera que las relaciones que pueden establecer con el hombre serían más bien un accidente resultado de su flexible comportamiento.