El número de especies que se encuentran en un punto dado del planeta varía en órdenes de magnitud, sin embargo, los gradientes a gran escala de la biodiversidad parecen seguir patrones muy generales. Se ha formulado una pequeña teoría mecanicista para explicar la aparición de gradientes de biodiversidad observados tanto en tierra como en los océanos. En base a una síntesis empírica integral de los patrones globales de diversidad de especies y sus impulsores, A Theory of Global Biodiversity desarrolla y aplica una nueva teoría que puede predecir dichos patrones a partir de algunos procesos subyacentes.
Los autores muestran que los patrones globales de biodiversidad se dividen en cuatro categorías consistentes, según donde viven las especies: en la tierra o en hábitats costeros, pelágicos y de los océanos profundos. El hecho de que la mayoría de los grupos de especies, desde las bacterias hasta las ballenas, parecen seguir patrones biogeográficos de riqueza similares dentro de estos hábitats apunta hacia algunos principios estructurales subyacentes. Basándose en los análisis empíricos de las correlaciones ambientales en estos hábitats, los autores combinan aspectos de la teoría neutral, metabólica y de nichos en un marco unificador. Al aplicarlo a modelos de áreas terrestres y marinas, los autores demuestran que una teoría relativamente simple que incorpora la temperatura y el tamaño de la comunidad como variables motrices es capaz de explicar los patrones divergentes de riqueza de especies a escala global.
Integrando perspectivas ecológicas y evolutivas, una teoría de la biodiversidad global produce conocimientos sorprendentes sobre los mecanismos fundamentales que dan forma a la distribución de la vida en nuestro planeta.