La paleontología ha tenido en el pasado una relación problemática con la biología evolutiva. Durante mucho tiempo se ha considerado una ciencia de segundo nivel y los estudiosos y aficionados fueron marginados incluso por el propio Darwin, temiendo que la imperfección en el registro fósil se usaría en contra de su teoría de la evolución. Pero con el establecimiento de la síntesis moderna en la década de 1940 y el trabajo pionero de George Gaylord Simpson, Ernst Mayr y Theodosius Dobzhansky, así como los posteriores esfuerzos de Stephen Jay Gould, David Raup, y James Valentine, la paleontología se unió a la biología y surgió la paleobiología, una disciplina de primer nivel en los estudios evolutivos. En este libro trata la transformación basándose en explicaciones de historiadores y filósofos sobre esta nueva disciplina y se sientan las bases de la moderna paleobiología.