Usualmente se llama "meteoros" únicamente a los astros errantes, las estrellas fugaces o los rayos. Ahora bien: todos los fenómenos que tienen lugar en la atmósfera responden a este nombre. El granizo, la niebla y los pétalos de la rosa de los vientos son meteoros, como lo son también la cencellada, la cellisca y el deshielo, el arco iris y el halo de la luna, y como lo son asimismo los silenciosos relámpagos de la canícula, en los que se libera la angustia de las noches de julio meteoros son, por último, el arrebol del ocaso y los verdes centelleos del alba.