A pesar de su minúsculo tamaño, el ratón tiene una gran presencia en el reino animal y también en el imaginario del hombre. Denostado durante milenios, se ha considerado uno de los mayores adversarios de la raza humana, responsable de problemas que van desde la peste a los agujeros roídos en la ropa. Sin embargo, el ratón se mantiene como un elemento divino en las tradiciones hindúes y budistas y se le puede encontrar a través del arte, la mitología, la literatura y el folclore. Un consumado superviviente, el ratón ha colonizado seis de los continentes del mundo e incluso ha viajado al espacio.
Estas características han hecho del ratón una figura heroica en la cultura y la ficción: es el símbolo icónico e ilustre de Disney y la raza intelectualmente superior de la tierra en la Guía del autostopista galáctico de Douglas Adams. El ratón juega uno de los papeles más integrales dentro de la labor científica moderna como el animal de laboratorio por excelencia. Una de las más pequeñas presas de mamíferos del reino animal, el ratón es una figura a través de la cual podemos contemplar nuestra propia vulnerabilidad. Llevando una vida peligrosa en un mundo de depredadores sin concesiones, los ratones representan el coraje, la perseverancia y la capacidad de adaptación. Son la prueba de que las apariencias pueden ser engañosas.