Hugh explora en este libro la compleja historia del control de la población de fauna, con énfasis especial en los movimientos de fauna globales y el impacto de su presencia. Enfrenta en esta obra su reacia predisposición a matar cualquier animal con sus conocimientos de conservación, que justifican esta necesidad en ocasiones concretas. Para hacerlo, se centra en los casos de las ardillas en Anglesey, las tortugas y los cuervos en el Desierto del Mojave, los sapos de caña en Australia o los hipopótamo que, por culpa de Pablo Escobar, colonizan ahora Colombia.