Higgins explora en este libro las profundas conexiones que el filósofo norteamericano Henry David Thoreau desarrolló con los árboles: su brillante percepción de ellos, la dicha que le procuraban, la poesía que pudo ver en los mismos, su visión filosófica de los árboles, y cómo le alimentaban el alma. Higgins nos muestra cómo los árboles eran el elemento que conectaban la parte espiritual y material de Thoreau. Incluye muchos fragmentos de Thoreau en relación a los árboles.