Obra que da una relación completa de la importancia de nuestra compañera la Luna, remontando a sus orígenes desde una colisión con la Tierra y tras su rica resonancia cultural en el mundo de la literatura, el arte, la religión y la política. La historia de la luna es también la propia historia de la humanidad: se dio a los humanos la capacidad de organizar el tiempo, dividiendo el año en meses y la ordenación de las fechas de las fiestas como la Pascua, el Ramadán y el Año Nuevo Chino. Su efecto moderador sobre la rotación de la tierra podría significar que sin la luna tal vez la vida nunca habría podido evolucionar.
Edgar Williams muestra cómo la interdependencia de la Luna y la Tierra también encuentra su paralelo involuntario en el ámbito de la cultura, donde la Luna se ha encontrado constantemente que incrustada en nuestras preocupaciones, ya sea en la adoración de Isabel I como Diana, diosa de la luna, o en el sueño de que los seres humanos algún día poblarán su superficie.