El Gran Cañón del Colorado ha sido una fuente de inspiración para los nativos norteamericanos desde sus tiempos ancestrales, un lugar sagrado. Para los primeros colonos europeos, fue un lugar donde hacer exploraciones aventureras. Pero realmente tuvo su mayor eco entre los primeros conservacionistas locales, Teddy Roosevelt, John Muir, y Aldo Leopold, adquiriendo un papel central en el movimiento ambiental. Esta obra ofrece un examen fascinante de su historia y de cómo ha sido percibido a lo largo del tiempo y las diferentes percepciones del territorio.