Los seres humanos son un tipo de animal muy diferente. Hemos evolucionado para convertirnos en la especie más dominante en la Tierra. Tenemos un área de distribución más amplia y procesamos más energía que cualquier otra criatura viva. Esta sorprendente transformación generalmente se explica en términos de capacidad cognitiva: las personas son más inteligentes que el resto de animales. Pero en este convincente libro, Robert Boyd sostiene que la cultura, nuestra capacidad de aprender unos de otros, ha sido el ingrediente esencial de nuestro notable éxito.
Esta obra demuestra que, si bien las personas son inteligentes, no somos lo suficientemente inteligentes como para haber resuelto la gran variedad de problemas que enfrentó nuestra especie a medida que se extendía por todo el mundo. Durante los últimos dos millones de años, la cultura ha evolucionado para permitir que las poblaciones humanas acumulen excelentes adaptaciones locales que ningún individuo podría haber inventado por su cuenta. También ha hecho posible la evolución de las normas sociales que permiten a los humanos hacer causa común con grandes grupos de individuos no relacionados, un tipo de sociedad que no se ve en ningún otro lugar de la naturaleza. Esta combinación única de adaptación cultural y cooperación a gran escala ha transformado nuestra especie y asegurado nuestra supervivencia, lo que nos convierte en el tipo de animal que somos hoy.