Pocos animales han captado nuestra imaginación como el dientes de sable o Smilodon. Con sus enormes caninos, que pasan por debajo de la mandíbula inferior, este feroz felino prehistórico se topó con el hombre por primera vez cuando nuestra especie entró en Norteamérica desde Asia. Solo podemos imaginar lo que debió suponer para aquellos hombres primitivos su primer encuentro con este feroz depredador, de mayor tamaño que un tigre siberiano.
Dado que los esqueletos de Smilodon se hallan siempre entre los elementos favoritos de los visitantes de los museos de historia natural, numerosos investigadores también se han sentido captados por esta fascinante especie, dedicando su carrera a explorar aspectos de la biología de esta icónica especie. Esta obra reúne a los expertos del mundo en la materia, actualizando el conocimiento sobre el Smilodon.