Buena parte de los planetas del Sistema Solar están rodeados por atmosferas, cuyos fenómenos meteorológicos están al alcance de pequeños telescopios. Los datos que cada día se recogen desde todo tipo de observatorios, desde los grandes colosos de 10 m hasta los humildes telescopios de 15 cm de diámetro, contribuyen de forma decisiva a apoyar la exploración espacial de estos cuerpos. Atmosferas extremadamente activas, como la de Júpiter, misteriosas, como la de Venus, lejanas, como las de Urano y Neptuno, pueden ser observadas por cualquier astrónomo, de cualquier edad y prácticamente cualquier equipo. Este libro ayuda a aprender no solo los rudimentos de la observación planetaria, sino también la ciencia que la hace necesaria y las técnicas más básicas que permiten realizar un análisis científico de los propios datos. También sirve para entrar en contacto con las redes internacionales de observadores, que contribuyen a las bases de datos que permiten conocer la evolución de estos objetos.