Fue uno de los primeros astrónomos españoles en defender el sistema copernicano. Este libro es una publicación hasta el momento inédita que no se publicó ya que temía la reacción de teólogos y profesores. Decidió vivir en la oscuridad sin publicar y limitarse a dar clases. De ahí que sus manuscritos circularan sólo entre sus discípulos de confianza y se encuentren hoy en Munich, Roma, Nápoles o Salamanca. Algunos de sus cálculos fueron aprovechados por Galileo a partir de copias y apuntes de sus alumnos.